TEMA: ERES UN BUEN HERMANO
O MAL HERMANO
CITA BASE: GÉNESIS 37:29-30
Rubén
significa: “El hijo de la visión”
Gracias a Dios por los Rubenes en nuestra vida, quienes nos ayudan a perseverar
nuestra visión viva.
Los hermanos de José no miraron ningún valor en el sueño de él y dijeron matémoslo, pero Rubén dijo: “Mejor vendámoslo.”
Cierto día
dice La Biblia en Génesis 37:28 “que pasaban unos
madianitas.”
Los madianitas son identificados también como ismaelitas en el verso anterior, descendientes de Ismael, el hijo de Abraham según la carne o de la esclava y no el de la fe o de la libre.
Los madianitas son identificados también como ismaelitas en el verso anterior, descendientes de Ismael, el hijo de Abraham según la carne o de la esclava y no el de la fe o de la libre.
Lo que sus
hermanos y familiares no apreciaron, los incrédulos, los ismaelitas dijeron:
Estamos dispuestos a pagar 20 piezas de plata por el soñador.
Muchas veces el mundo mira más valor al sueño que se halla conectado con la cosecha de almas, que el mismo pueblo de Dios.
Muchas veces el mundo mira más valor al sueño que se halla conectado con la cosecha de almas, que el mismo pueblo de Dios.
Cuando
nuestros propios hermanos no quieren apoyar nuestro sueño, Dios provee unos
ismaelitas porque si el sueño va conectado con la cosecha de almas, Dios va a
facilitar para que ese sueño se haga realidad.
Esta congregación
tiene un sueño, tiene una visión, tiene una misión, y hay muchos que van a
optar la actitud de los hermanos de José y van a decir: “Matemos el sueño, no
vamos a dar nuestro diezmos, y ya no vamos a apoyar con las ofrendas la obra.”
Hay hermanos
en la fe que van a querer matar el sueño, pero gracias a Dios que también hay
Rubenes, que van a mantener los sueños vivos en este lugar y si esta iglesia no
encuentra ningún valor en el sueño que Dios ha dado a esta congregación,
entonces Dios se va a buscar otra congregación sobre el cual Dios va a poner el
manto de su favor y su bendición.
Eventualmente
José llego a Egipto y después de un obstáculo tras otro obstáculo y de una
prueba tras otra prueba que duro 20 años, finalmente su sueño se hizo realidad.
No deje que
nada ni nadie mate su sueño, conecte su sueño con la cosecha de almas porque es
la única manera de involucrar a Dios en su sueño.
Escrito por: Hno. Edwin Martínez
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